El carboncillo fue el primer medio con el que el hombre comenzó a dibujar. A lo largo de la historia se ha ido adaptando a los diferentes estilos sin más proceso evolutivo que el aportado en la técnica a la hora de su uso por los diferentes artistas. En la actualidad, el carboncillo continúa siendo el principal medio de estudio en las escuelas de Bellas Artes. Pero, paralelamente a este medio, existen también otros sistemas de dibujo compatibles con esta técnica; entre ellos están la sanguina y los lápices de carbón.
Características
El carboncillo permite la realización de una extensa gama de tonos que abarcan desde los más sutiles grises a los negros más profundos. Su polvo es muy inestable; esto representa una gran cualidad, es muy fácilmente manipulable y permite la realización de degradados tonales con un simple frotado de dedo, trapo o difumino.
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